Cada loco con su tema

¿Cómo hace una para dialogar en el aula?

En mi clase de psicología social avanzada trabajamos mediante la lectura de capítulos de libros o artículos y su posterior discusión dentro del grupo. Para ser sincera no me había adentrado mucho a la psicología social, así que lo que sabía de los “clásicos” era mínimo. Suponiendo que la clase era “avanzada” supuse que no haríamos una revisión histórica y más bien revisaríamos las últimas tendencias. Y bueno, para entrar en calor sí revisamos algo de historia, un libro de Gary Collier; Graham Reynolds y Henry L. Minton, Escenarios y tendencias de la psicología social, donde para mi sorpresa aparecía L.S. Vygotsky como uno de los héroes de la psicología social junto con G.H. Mead, J. Dewey, É. Durkheim y L. Wittgenstein. Este descubrimiento me apasionó, pensando que si hacía algo de psicología social podría retomar el mdoelo histórico-cultural.

Un día comentamos los temas de nuestros ensayos finales, una chica lo haría sobre los estigmas relacionados con el género, otro acerca de la fusión entre la cultura española y la cultura indígena, otro más acerca de la producción artística, yo quería hacerlo acerca del aprendizaje de la psicología, y emocionada que podría hablar de Vygotsky en una clase de psicología social, así lo presenté. La conclusión de mi maestra fue ¿Pero qué tiene de social el aprendizaje? En ese momento pensé que no me entendía o bien que no veía más allá. Ahora lo pienso y creo que lo que buscaba era que lo argumentara. Luego también dijo que la propuesta del ensayo era retomar los autores que habíamos revisado. Analizándolo después también me di cuenta que si lo hacía desde mi perspectiva quizá sería como decirle “tu curso no sirve”.
Después de bastantes topes de cabeza, escrituras confusas, y varios documentos sin terminar decidí jugar con las perspectivas que habíamos analizado y decidí hablar del aprendizaje de la psicología desde la Psicología Colectiva. Acabo de terminar mi ensayo y no se bien si sirva de algo, pero por lo menos me ayudó a pensar de otra forma, ver cosas que no había analizado y también utilizar un lenguaje algo más literario.

Pero al final de cuentas creo que mis preguntas de cómo dialogar en el aula se quedan cortas, en este caso puedo decir que seguí la propuesta de la maestra, callando un tanto mis ideas de que podemos hacer una psicología social vygotskiana o algo así, espero luego tener el estómago para dialogarlo con algún psicólogo social o bien con otro loco con otro tema. Je.

Reflexión de clase

Reflexión de clase


071109

Salud y saludos a todas.

He comenzado –aunque la verdad ello ya tiene mucho tiempo- a pensar en los aprendizajes del grupo. Trato de imaginar a cada una de ustedes cuando escribo esto, todas han tenido la desfortuna de tenerme como docente o como dicen en esta Universidad y particularmente en esta Unidad, como asesor, que me parece que no es tan claro ello para todos, pero eso es tema de otra discusión.

El grupo y lo saben, me encanta, me es agradable regresar cada sábado y pararme en medio del aula, para comenzar la clase. Leerles algo, a veces de literatura, a veces de poesía, a veces hasta mis angustias y sueños en este andar que es la vida, pero todo ello siempre con un sentir pedagógico central. Es agradable estar con ustedes, y cuando lo digo, o mejor lo pienso, observo el aula e imagino a la mayoría de ustedes, con sus miradas inquietas cual preescolares tratando de indagar hacia dónde va este cuate.

Al grupo tengo que agradecerle que nos ha dado la oportunidad de inyectarle vida a la propia unidad, nos ha dado la posibilidad de pensarnos y repensarnos en los compromisos que implica el educar y por ende transformar.

Nos ha dado la oportunidad de mirarnos y reconocernos con nuestras pobrezas conceptuales y con nuestras irrisorias herramientas que habíamos utilizado para tan tremenda labor como es el educar.

No sabemos el final de la historia ni en que acabe todo esto que ahora ilusionamos con el grupo, el programa de acompañamiento entre iguales con sus múltiples dificultades e intentos del “ahora sí”, el programa de apoyo terapéutico en pañales pero andando silencioso y sencillo, pero ya transformando. El programa de formación docente con sus profesores pensando “¿y qué hacen esos cuates que me observan en el aula?, ¿y ello para qué sirve?, e inquietando de ya sus tradicionales formas de enseñar. Y paralelo los co-docentes aprendiendo a mirar el aula y muchas de las veces sin saber qué es lo que hacen en la misma o qué es lo más significativo para poder centrar sus notas en ello. Por supuesto en medio de todo ustedes, mirando e indagando, tratando de comprender y dándonos la confianza de que lo que hacemos va por buena ruta a pesar de que no todo sale como lo planeado, ja, y seguro de ello saben mucho más que nosotros mismos, pues la vida, el trabajo, lo cotidiano siempre es complejo por un lado planearlo y por otro que salga tal cual.

Los sábados son pesados, salgo y entro a una y otra clase, cargo con el desvelo de la noche anterior, donde el insomnio ha realizado su labor.

Trato de indagar a la luz de sus miradas la comprensión de mis largas explicaciones, soliloquios docentes que no logro regular. Apuntan y apuntan y vuelven a apuntar en sus cuadernos o en sus computadoras, que seguramente algunas de ustedes cerraran al término de las clases y volverán a abrir el siguiente sábado. A veces me pregunto ¿Qué tanto apuntan? Y por supuesto, ¿Cuál es la función del apuntar en el proceso de aprendizaje o comprensión escolar?

Ciertamente desconozco mucho de ustedes, ja, - a pesar de que hemos dialogado en las entrevistas, creo bastante, mas la venganza es que ustedes también desconocen mucho de mí, pero para ser sincero, ello no me hace feliz, no porque quiera saber en qué piensan o qué sueñan, dónde viven y a quién besan. Realmente como elementos estimulantes para la docencia dichas preguntas no son en sí mismas relevantes, menciono que no son en sí mismas relevantes porque cuando en qué piensan, en qué sueñan, dónde viven o a quién besan, se inmiscuyen en las aulas, entonces las mismas se tornan dignas de indagación pedagógica y en verdad parece broma más lo digo y lo pienso como realidad educativa concreta.

Espero recuerden lo que dice el cronopio mayor, ése el Cortazar, cuando dos se desconocen difícilmente se podrán dar respuestas a las preguntas que se hacen.

Mas parece que por un buen rato eso de lo pedagógico tendrá que transitar por ese desconocimiento, digamos que lamentablemente, pues ya ha recorrido por mucho tiempo esa ruta y hasta el momento no existen indicios claros de que ello sea benéfico para la comprensión educativa dentro de las aulas.

En fin ya lo iremos discutiendo y espero vayamos haciendo algo al respecto.

Por lo pronto en esta reflexión nocturna o podemos decir mañanera creo que mientas lo arriba señalado sucede, lo que debemos hacer es jugar a la transición, ya el grupo dará la mejor opinión o para ser sinceros dará una opinión si ello es adecuado o no.

Es decir, la transición implica jugar con los elementos rituales de la cultura escolar y tratar de ir construyendo formatos más reales para eso del aprender.

¿Qué significa ello? seguramente se preguntarán.

Significa que a partir de ahora tendremos un “examen”, ups, el maestro se volvió conductista exclamarán algunas, espero que después de lo discutido en clase ni siquiera lo piensen, no por mi persona sino por lo que conceptualmente ello significa.

Significa que el examen tendrá un peso importante en su aprendizaje, pero también lo tendrán los procesos de construcción del mismo, es decir, y en concreto explico.

Solicité un Blog donde subieran sus tareas.

Solicito que podamos hacer un directorio del grupo con correos y Blog, para que podamos comentar y crear redes del aprender, es decir, que una parte de su evaluación tendrá un peso importante en los comentarios constructivos y adecuados que realicen a los Blogs de sus compañeras.

Obviamente la creación de un Blog no es lo central, sino que en el mismo reflexiones, lo más que puedan, esencialmente que lo utilicen como cuaderno, donde coloquen todo eso que apuntan en clase, las reflexiones sobre cómo va la misma, las emociones buenas y malas que la clase les generó, lo que las compañeras les motivó. Sus dudas y sus certezas, es decir coloquen el aula, o lo que es lo mismo escriban su aula significante.

Cuando hablo de su aula significante no sólo me refiero a los sábados de 11 y media a 13 hrs, me refiero a los sábados de 8 a 2 y media, es decir, pensar cómo se va engarzando cada una de sus materias con la otra aula, la que también espero refieran, es decir, el aula de la realidad, con sus burocracias, sus compañeros, con sus niños y los padres de esos niños, con sus cargas cotidianas y alegrías y tristezas. Las percepciones de sus docentes, las opiniones sobre los co-docentes, su acompañamiento, las que lo tengan, o incluso cómo va eso del apoyo terapéutico.

También me refiero a una de las aulas más importantes, el gran salón de la vida, la que nos dice pa´ donde jalar, en los momentos más difíciles, la que guía nuestros pasos, para decidir si vale la pena desvelarnos una noche más o dormir con el amor de nuestra vida, sea una almohada, un cuerpo tibio o la ternura de nuestro osito de peluche, sincero y fiel como ningún otro.

Es decir, la idea es que en el Blog coloquen la vida misma, esa vida que atraviesa la escuela, pero sobre todo la necia necesidad de ser y convertirnos en humanos en el día a día.

Pensemos que ese es nuestro trabajo final, con la peculiaridad de que no se comienza a realizar al final, sino desde YA. Recuerden lo chismoso que son las maquinas, que las muy cobardes siempre dejan huellas de nuestro andar por el Internet.

Al final pues, solicitare para su evaluación la “entrega virtual” de su Blog”, donde se encuentren sus tareas y los trabajos que vayamos realizando, así como el trabajo de investigación que desarrollaran con respecto a un modelo teórico de su elección y con respecto a una temática también propia, ya sea un estudio de caso, ya sea una problemática escolar que quieran indagar.

No, no me volví loco, ya esto en su mayoría lo habíamos comentado, quizá el problema es que hacemos oídos sordos a ello.

Como dicen las abuelas cuando nos aplican un correctivo o una regla o nos hacen tomar una medicina que no nos gusta: “Te va a doler o no te va a gustar, pero es por tu bien”, “ya me lo agradecerás.”

Bueno por ahora eso es todo, en sus manos esta construir el proceso de transición, es decir, aprender para aprobar o aprender para comprender.

Saludos y buenos días, ya despierten.

Afectuosamente Manuel

Otoño casi invierno del 2009.

Hola camaradas

Abramos este espacio del blog compartido para abrir también el espacio de nuestra escritura. ¿Por qué no intentar quitarle la tortura a la escritura? Pienso que es como tomarnos un café en el que nos contamos lo que nos contaríamos si nos viéramos en persona sobre nuestro trabajo y las comunidades educativas a las que pertenecemos.



La idea es romper con el quietismo que a veces resulta de estar como dentro de una esfera, y también hacer algo rico, algo que pueda salir de las profundas, enérgicas, sutiles, amargas, frescas, contradictorias voces que (nos) pueblan el tiempo de la reflexión compartida. Que sea algo en el que me sienta bien. Siempre hay que restablecer el vínculo entre placer y compromiso.